domingo, 1 de diciembre de 2019


Pasó noviembre.

Y dejó en síntesis estos datos:




Es tiempo de manzanas, entre otras cosas. 
Estas vinieron de Santander.


Muy ricas.


Hemos visto nieve cuatro días, 
pero apenas se quedó algún ratillo en el suelo.





Para terminar el resumen, otra clase de manzanas también propias de este tiempo.  
Estas, sin hidratos  de carbono.

domingo, 3 de noviembre de 2019

Tiempo otoñal, húmedo


Tiempo que ha aprovechado esta guapísima  hembra de Triturus marmoratus, tritón jaspeado, para visitar mi patio.
No lejos hay un pozo antiguo, y no son infrecuentes las visitas de estos  tritones, y también y especialmente gallipatos.  Raro es el año en que no veo dos o tres de estos curiosos anfibios.













sábado, 2 de noviembre de 2019

Noromet.



 NOROMETred casi nueva de aficionados a la meteorología, con apenas un año de existencia pero con rápido crecimiento y potente futuro por delante, acaba de admitirme como socio.

Así que los datos meteorológicos de La Colilla estarán accesibles allí también, con un interfaz moderno, fácil de comprender, de diseño claro y vistoso.




Entre otras muchas cosas, el sitio ofrece una previsión meteorológica sencilla, de temperatura y precipitación para los próximos cinco días.


viernes, 1 de noviembre de 2019

Octubre 2019.

Octubre
Se mantiene la situación de sequía. Alcanzada la mitad del promedio anual de precipitación, a falta de dos meses para la conclusión del año natural, en el que cuantificamos la precipitación total.
Temperaturas ocasionalmente más elevadas que las normales -véase la máxima- y únicamente un día con temperatura ligeramente negativa.
En síntesis, mes cálido y seco.


Algunas fotos:

Un par de imágenes de las nieblas que hemos tenido algunos días. 





Y otros gráficos:

Mapa sobre datos oficiales de de AEMET (César  Rodríguez Ballesteros) que expresa la  precipitación media anual en el año hidrológico (octubre-octubre)



Plano del acuífero Valle Amblés, del que se abastece el territorio en él representado para diversos fines.
Especialmente para regadío  y también para suministro a poblaciones. 
Actualmente, la capital se surte parcialmente de él  para su abastecimiento de potable.

sábado, 5 de octubre de 2019

Csb... ¿a Bsk)


                   Nuestro clima, 
para comprender mejor la actual sequía.




Para ir pensando en la clase de sitio en que vivimos en cuanto al clima.
Tradicionalmente ha sido del tipo Csb de Köppen - Geiger: templado, mediterráneo (subtropical) de verano seco.

Algún estudio muy, muy reciente sobre los últimos datos climáticamente aceptables lo sitúa ya entre los del tipo Bsk:Templado, semiárido estepario.Dispongo de él, y de sos datos, pero no lo pongo aquí por no adelantarme a la consideración oficial, la de AEMET, que sigue  siendo Csb.

LA SEQUÍA ES NORMAL.

"PERTINAZ" se la llamaba tiempo atrás para referirse a su carácter duradero y persistente.
Lamentablemente, en el presente año se muestra con más crudeza que otras veces.
-No quiero decir que este sea el año con más escasez de precipitaciones que se haya conocido, que es algo que ignoro-.
Complemento el diagrama que muestro con dos índices de aridez diferentes según el método y las fórmulas utilizadas, pero coincidentes en el resultado:
IA Martonne:19.8. Semiárido.
IA Dantin-Revenga: Semiárido
Esos cuatro meses en que que las barras de la precipitación están por debajo de la curva de la temperatura, son meses que unos llaman secos... y otros áridos.
Mayo, mes en el que más llueve seguido de octubre, a poca distancia. Dos máximos en las estaciones intermedias, el primario en primavera y el secundario en otoño con pequeñas diferencias.





martes, 1 de octubre de 2019

Septiembre, síntesis


Septiembre 2019

Con gráfico y tabla de Meteoclimatic y pequeñas modificaciones mías -entre las que destaca la correción manual de la pluviometría- mostramos la síntesis mensual, mientras elaboramos un estudio más completo.




jueves, 12 de septiembre de 2019

Gota fría. Actualización (con mapa) a 20 de septiembre

GOTA FRÍA de septiembre,
 actualización a fecha 13.


Mapa (AEMET) de precipitación acumulada del once al diecisiete de septiembre de 2019.


Algunas imágenes satelitales tomadas de aquí  para mostrar cómo el fenómeno va  desplazándose hacia el interior peninsular tras haber regado más que suficientementemente el arco mediterráneo.
Estas dos primeras muestran la situación ayer, día doce, a las siete de la mañana. Desde la madrugada y a lo largo del día se recogieron ingentes cantidades de precipitación en Valencia-Alicante-Murcia. 
Entre las estaciones oficiales de AEMET destaca la de Onteniente, con más de cuatrocientos litros por metro cuadrado. 
Alguna no oficial, como la de Beniarrés - Museo del clima, (perteneciente a la red Avamet) superó los 500 mm.

En primer lugar, dos imágenes de ayer, día doce, a las nueve de la mañana. 
En blanco y negro la de canal vapor de agua, en azul y rosa, la del canal que capta y realza la convección.




Obsérvese cómo la DANA se centraba  sobre el mar, al SE de la península,  pero extendía su influencia al norte de África, desde donde el giro ciclónico y el viento de levante trajeron hacia la fachada levantina grandes masas nubosas que descargaron en el mar, sí, pero especialmente en tierra, ayudadas por los mecanismos de disparo orográfico que proporciona el relieve montañoso interior de ese territorio.

Otras dos imágenes de las siete de la mañana de hoy, dia trece, muestran cómo  la gota fría se va trasladando -aunque despacio- al interior peninsular en su giro ciclónico.
 La imagen de convección muestra que  desde Argelia y el norte de África han ido levantándose lo que parecen complejos convectivos de mesoescala, es decir, enormes acumulaciones tormentosas que inevitablemente han ido derivando hacia la fachada levantina, peninsular.
Al interior, las precipitaciones que se esperan a partir de hoy,viernes, tendrán que ser todavía importantes, aunque ya menos cuantiosas.
 Quizá sean persistentes en determinados enclaves (sur del sistema Central, por ejemplo) durante el fin de semana.





Para el archivo y por no perderlas incluimos dos imágenes del día once a las siete de la mañana, cuando la DANA se aposentaba ya decididamente sobre lo que sería enseguida su área de acción.




martes, 10 de septiembre de 2019

Gota fría.

GOTA FRÍA

Bajo la acción de una borrasca fría en altura (BFA),  o depresión aislada en niveles altos (DANA) se reproduce nuevamente la clásica situación de GOTA FRÍA característica y habitual de finales del verano y comienzos del otoño en el ámbito mediterráneo.
Explicándolo muy sencillamente: una  pequeña bolsa de aire frío y seco se desprende o descuelga  del chorro polar, yendo a parar sobre la fachada mediterránea de la península Ibérica.
El agua del mar aún está caliente, y  en la atmósfera sobre el mismo mediterráneo abunda el aire cálido y húmedo.
De modo que ya está en juego la dinámica necesaria para que  tenga lugar una potente convección por la convergencia de masas de aire tan diferentes. 
Sólo falta que los vientos dominantes impulsen hacia  tierra las masas nubosas, muchas veces en forma de trenes convectivos -sucesión de tormentas, una tras otra por decirlo sencillamente- para que con la ayuda de los sistemas montañosos como elementos de disparo orográfico la torrencialidad de las lluvias conlleve en muchas ocasiones consecuencias catastróficas.

Características del clima típico del Mediterrraneo occidental, las consiguientes precipitaciones  a menudo son torrenciales, con intensidades o tasas superiores a un litro por minuto, 60 litros por hora, y con frecuencia causan grandes daños materiales y, a veces, desgraciadamente, pérdidas de vidas humanas.

El mapa de precipitación de www.meteoclimatic.net , desde la pasada medianoche hasta las dos menos veinte de este mediodía, representa las precipitaciones recogidas por los observatorios y estaciones de esa red.



Los satélites facilitan la observación detenida de estos fenómenos, como creo que podemos verlo sobre imágenes  de esta mañana a las nueve, del satélite Meteosat, sensor SEVIRI para el vapor de agua, tomadas de:

https://eumetview.eumetsat.int/static-images/MSG/RGB/?fbclid=IwAR1HIKzffzsmHyaQdYKBQk19gvBfRF6ywlofR-w7pElX2PagmLVFKBFwr_4



La  bolsa de aire frío y seco, en negro.
 En tonos grises y claros, diferentes cantidades  de vapor de agua.


La convección, en tonos anaranjados. 
Sobre el SE francés, el golfo de León, el mar Balear y la franja litoral catalana,los principales núcleos convectivos.
También la cornisa cantábrica acusa la entrada del aire frío.

martes, 3 de septiembre de 2019

Resumen de agosto

Síntesis mensual de agosto, 
con la precipitación ya corregida.




Gráfica, también  de Meteoclimatic


martes, 6 de agosto de 2019

Para ir acabando con Julio, una publicación de la WMO (Organización Meteorológica Mundial) 
divulgada en Facebook por (AME)
Asociación Meteorológica Española.



Julio iguala, y quizá supera, el mes más cálido jamás registrado. 

Publicado el 1 de agosto de 2019







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siberianfires

Según nuevos datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y del servicio de Copernicus relativo al cambio climático, julio de 2019 iguala a julio de 2016 como mes más cálido del que se tienen datos, e incluso puede que lo acabe superando y se convierta en el mes más caluroso jamás observado. Este nuevo récord se produce justo después de registrarse el mes de junio más cálido del que se tiene constancia.
La OMM se encarga de integrar en el sistema de las Naciones Unidas los datos del servicio de Copernicus relativo al cambio climático, de cuya gestión se encarga el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (CEPMPM). Hasta el momento, julio de 2016 era el mes más cálido del que se tenían datos, pero las nuevas cifras indican que, si se tienen en cuenta los primeros 29 días del mes, julio de 2019 ha sido tan cálido como julio de 2016 e incluso puede que su temperatura acabe siendo ligeramente superior.
Los valores más recientes son particularmente significativos, porque julio de 2016 coincidió con uno de los episodios más intensos de El Niño, fenómeno que contribuye al aumento de las temperaturas mundiales. Sin embargo, a diferencia de 2016, 2019 no se ha caracterizado por un episodio intenso de El Niño.
"Siempre ha hecho calor en verano, pero estas temperaturas no se registraban cuando éramos jóvenes, ni cuando lo eran nuestros abuelos", dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, al dar a conocer los datos en Nueva York.
"Todo apunta a que el período de 2015 a 2019 será el quinquenio más cálido del que se tienen datos. Solo este año, se han pulverizado récords de temperatura desde Nueva Delhi hasta Anchorage, desde París hasta Santiago, desde Adelaida hasta el círculo polar ártico. Si no hacemos nada para frenar el cambio climático ahora, esos fenómenos meteorológicos extremos serán solo la punta del iceberg. Y, además, el iceberg también se está derritiendo a gran velocidad", explicó el señor Guterres.
"Debemos prevenir una alteración climática irreversible. Es la batalla de nuestras vidas, una batalla para luchar por nuestras vidas. Y es una batalla que podemos y debemos ganar", destacó.
Olas de calor
En la última semana el calor ha sido excepcional en todo el mundo, y diversos países europeos han registrado temperaturas máximas insólitas que han afectado al transporte y las infraestructuras, sin olvidar las consecuencias para la salud de las personas y el medioambiente. A medida que la denominada "cúpula de calor" se desplazó hacia el norte, atravesando Escandinavia hasta llegar a Groenlandia, aceleró todavía más la fusión de los hielos, un proceso cuya velocidad ya está por encima de la media.
"Julio supone un nuevo episodio de la historia climática, dado que se han establecido docenas de nuevos récords de temperatura a nivel local, nacional y mundial", dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
"El calor excepcional ha ido de la mano de una alarmante fusión de los hielos en Groenlandia, el Ártico y los glaciares europeos. Por segundo mes consecutivo, incendios forestales sin precedentes han devastado el Ártico, calcinando bosques antaño vírgenes que ahora, en lugar de absorber dióxido de carbono, se han convertido en abrasadoras fuentes de emisión de gases de efecto invernadero. No es ciencia ficción. Es la realidad del cambio climático. Está pasando y se agravará en el futuro si no adoptamos medidas urgentes para combatirlo", afirmó el señor Taalas.
"Según las previsiones de la OMM, 2019 será uno de los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período 2015-2019 será el quinquenio más caluroso jamás registrado. Se agota el tiempo para hacer frente a peligrosos aumentos de temperatura que tendrán numerosas repercusiones para nuestro planeta", concluyó.
Ese tipo de olas de calor son uno de los fenómenos que se producirán como consecuencia del cambio climático y el aumento de las temperaturas en todo el mundo.
El 25 de julio se registraron nuevos récords nacionales de temperatura en Alemania, Bélgica, Luxemburgo, los Países Bajos y el Reino Unido, y se elaboraron mapas meteorológicos insólitos en los que, por primera vez, se incluyeron temperaturas superiores a los 40 °C. París vivió el día más cálido del que se tienen datos, al alcanzar una temperatura de 42,6 °C a las 16.32 horas, un valor sin precedentes desde que se empezaron a realizar mediciones.

El aire cálido procedente del norte de África y España fue el causante de la ola de calor, que posteriormente se desplazó de Europa central a los países escandinavos. En Noruega, las estaciones meteorológicas registraron nuevos récords el 27 de julio, y en 28 emplazamientos se dieron "noches tropicales" con temperaturas superiores a los 20 °C. En las estaciones finlandesas también se establecieron nuevos máximos históricos: 33,2°C el 28 de julio en la capital, Helsinki, y 33,7 °C en la localidad de Porvoo, en el sur del país.
Está previsto que esas temperaturas excepcionalmente elevadas aceleren la fusión del manto de hielo de Groenlandia, que ya fue objeto de un episodio generalizado de fusión entre el 11 y el 20 de junio. Fruto del intenso proceso de fusión y escorrentía que se ha mantenido durante las últimas semanas, la pérdida total de hielo durante la estación se acerca al máximo histórico de 2012, según explican científicos especializados en el clima polar encargados de la vigilancia del manto de hielo de Groenlandia.
"Conviene recordar que el balance de masa de la superficie del manto de hielo de Groenlandia de cualquier día o año concreto es fruto, mayoritariamente, de las condiciones meteorológicas, pero no puede menospreciarse la influencia de las tendencias climáticas imperantes", afirmó en un tuit Ruth Mottram, climatólogo del Instituto Meteorológico Danés.
Según el Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielos de los Estados Unidos de América, ello repercutirá también en el hielo marino del Ártico. A causa de su retroceso durante la primera mitad de julio, la pérdida de hielo registró valores equiparables a los observados en 2012, el año con la extensión de hielo marino más baja en el mes de septiembre a tenor de los registros satelitales.
Las altas temperaturas también avivaron los incendios forestales en el Ártico, en particular en Groenlandia, Alaska y Siberia.
El Organismo Federal Forestal de la Federación de Rusia calculó que, a 29 de julio, los incendios forestales declarados en Siberia habían afectado una superficie de 33 200 kilómetros cuadrados, en la que 745 focos activos habían provocado un daño ecológico de ingentes proporciones y habían socavado la calidad del aire a cientos de kilómetros de distancia. El humo fue claramente visible desde el espacio.
El servicio de vigilancia atmosférica de Copernicus, del CEPMPM, estimó que, en julio de 2019, las emisiones de CO2provocadas por los incendios forestales declarados en el círculo polar ártico ascendieron a 75,5047 megatoneladas, un valor comparable a las emisiones anuales por quema de combustibles fósiles en Colombia en 2017. Esa cifra supone un aumento de más del 100 % con respecto a los niveles de julio de 2018, y supera el récord anterior fijado en el mes de junio.
"Al quemar vegetación, los incendios forestales también reducen la capacidad de la biosfera para absorber dióxido de carbono. Si se quiere luchar contra el cambio climático, es preciso aumentar esa capacidad ", dijo Oksana Tarasova, jefa de la División de Investigación sobre el Medioambiente Atmosférico de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Calor en los meses de junio y julio
La ola de calor de julio se produjo después de que, en el mes de junio, tuviera lugar otra ola de calor excepcionalmente intensa que se dio en fechas anormalmente tempranas y que marcó nuevos récords de temperatura en Europa. A raíz de ese primer episodio, el mes de junio fue el más cálido jamás registrado en el continente, con una temperatura media 2 °C por encima de lo normal.
En partes de Europa, el calor estuvo acompañado de precipitaciones inferiores a la media. El 31 de julio, el Centro Regional sobre el Clima para Europa de la OMM, cuyo funcionamiento está a cargo del Servicio Meteorológico de Alemania (Deutscher Wetterdienst), actualizó su aviso de vigilancia del clima por sequía. Esa información orienta la labor de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) a la hora de emitir avisos climáticos para su territorio.
"Persistencia de las condiciones de sequía y de precipitaciones inferiores a lo normal en grandes zonas de Europa central y nororiental. En la mayoría de esas zonas, en el mes de junio solo se registró entre el 60 % y el 80 % de la precipitación normal, y en algunas partes los acumulados fueron todavía menores. La precipitación también fue escasa en julio y los pronósticos indican un mantenimiento de las precipitaciones inferiores a lo normal en la mayoría de la zona, y la probabilidad de que esta semana se registren déficits semanales de precipitación de 10-30 mm es del 80 % o superior".
Tras la ola de calor, algunas partes de Europa sufrieron precipitaciones muy intensas, aunque insuficientes para revertir las consecuencias de la sequía.
"La semana que viene, se esperan precipitaciones superiores a lo normal en Europa central, pero puede que no basten para compensar el déficit de precipitaciones de las semanas anteriores y, por tanto, el suelo seguirá seco. En Europa nororiental (países bálticos y sur de Finlandia) los acumulados de precipitación seguirán siendo entre inferiores a lo normal y normales y, por consiguiente, es probable que se mantengan las condiciones de sequía. Tales condiciones pueden provocar pérdidas en las cosechas, incendios forestales, falta de alimento para los animales, restricciones al uso de agua o restricciones al tráfico fluvial a causa del nivel bajo de las aguas", señaló el Servicio Meteorológico de Alemania.
Los SMHN emitieron alertas por calor —incluida la alerta roja de máximo nivel— y, en algunas zonas, también se emitieron avisos por peligro de incendio a fin de minimizar los riesgos para las personas y el medioambiente. En cumplimiento de los planes de acción frente a los efectos del calor sobre la salud, se activaron los sistemas de protección civil en toda la región.
Los fenómenos relacionados con el calor matan a miles de personas cada año y, con frecuencia, acarrean consecuencias adicionales, como incendios forestales y averías en las redes eléctricas. Además, la urbanización agrava el problema. Los golpes de calor, la deshidratación, las enfermedades cardiovasculares y otras dolencias causadas por el calor entrañan graves riesgos para la salud.
Franceheat
El 25 de julio se registró en París un nuevo máximo absoluto de 42,6 °C en la estación meteorológica secular de París-Montsouris, batiendo así el récord anterior de 40,4 °C del 28 de julio de 1947. Ese valor corresponde a la media del mes de julio en Bagdad (Iraq). La noche del 24 al 25 de julio también fue excepcionalmente cálida, dado que las temperaturas mínimas superaron los 25 °C e incluso se llegó a 28,3°C en una estación meteorológica del centro de París. Pero lo más llamativo es el margen con el que se han batido los récords. En Lille se registraron 41,4 °C, un valor prácticamente 4 °C por encima del máximo anterior. En Francia, el 28 de junio se marcó un nuevo récord nacional de temperatura: 46 °C durante la última ola de calor.
Solo en otra ocasión Météo-France había emitido un aviso de nivel rojo por ola de calor en Francia. La primera vez fue durante el episodio de junio, cuando diversos departamentos del sur del país estuvieron en alerta roja. Ahora bien, que París y el norte del país estén en alerta roja por una ola de calor es excepcional. En el norte de Francia ardieron miles de hectáreas, una zona en la que es sumamente atípico que se declaren incendios forestales.
El Servicio Meteorológico de Alemania describió el 25 de julio como "un día que entrará en los anales de la meteorología". En ese país se marcó un nuevo récord nacional de temperatura de 42,6 °C (valor provisional) en Lingen, ceca de la frontera con los Países Bajos, al superar en 2,3 °C el máximo anterior. En 25 estaciones meteorológicas se superaron los 40 °C. El anterior récord nacional, registrado el 5 de julio de 2015, fue de 40,3° C.
En los Países Bajos se batió un máximo histórico intacto durante 75 años (desde agosto de 1944) cuando se llegó a los 40,7 °C en Gilze Rijen. En Bélgica también se estableció un nuevo récord nacional de 41,8 °C, y Luxemburgo hizo lo propio, al llegarse a 40,8 °C.
En el Reino Unido, el 25 de julio se dio la temperatura máxima más alta jamás registrada oficialmente en el país. Los 38,7 °C del jardín botánico de Cambridge batieron el récord anterior de 38,5 °C observado en Faversham (Kent) en agosto de 2003, según datos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido.
Cambio climático y olas de calor
"Olas de calor tan intensas y generalizadas llevan la firma del cambio climático antropógeno. Así lo indican los datos científicos que evidencian fenómenos relacionados con el calor más frecuentes, prolongados e intensos a medida que las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan el aumento de las temperaturas mundiales", señala Johannes Cullmann, director del Departamento del Clima y del Agua de la OMM.
Asimismo, añadió que, "según las previsiones de la OMM, 2019 será uno de los cinco años más cálidos de los que se tienen datos, y el período 2015-2019 será el quinquenio más caluroso jamás registrado". La OMM presentará un informe sobre el estado del clima en el período 2015-2019 ante la Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas que tendrá lugar en septiembre.
Se han llevado a cabo numerosos estudios científicos sobre la vinculación entre cambio climático y olas de calor.
"El cambio climático antropógeno aumenta la intensidad de las olas de calor que actualmente se producen en Europa y hace que sean más probables", según se desprende de un estudio publicado por científicos de la iniciativa World Weather Attribution sobre la contribución humana a la ola de calor sin precedentes que vivió Francia en junio de 2019.
"Las observaciones muestran un aumento muy marcado en las temperaturas vinculadas a esas olas de calor. Actualmente, se estima que esos fenómenos tienen lugar cada 30 años, pero las temperaturas de las olas de calor que se hubieran producido con una frecuencia similar hace un siglo probablemente hubieran sido unos 4 °C inferiores. En otras palabras, una ola de calor con esa intensidad tiene lugar hoy diez veces más a menudo que hace un siglo", se explica en el estudio.
En su Quinto Informe de Evaluación, publicado en 2014, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) afirmó que "es muy probable que la influencia humana haya contribuido a los cambios a escala global observados en la frecuencia e intensidad de las temperaturas extremas diarias desde mediados del siglo XX. Es probable que la influencia humana haya más que duplicado la probabilidad de ocurrencia de las olas de calor observadas en algunas localidades".
Según el informe especial del IPCC de 2018 sobre el calentamiento global de 1,5 °C, se prevé que los riesgos que el clima plantea para la salud, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico se agraven con un calentamiento global de 1,5 °C, y que se exacerben en mayor medida si el calentamiento es de 2 °C.
En ese sentido, en el informe también se destacó que la limitación del calentamiento a 1,5 °C —y no a 2 °C— podría reducir en 420 millones las personas expuestas a olas de calor intensas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2000 y 2016 el número de personas expuestas a olas de calor había aumentado en aproximadamente 125 millones, dado que esos fenómenos habían sido, de media, 0,37 días más largos que en el período de 1986 a 2008.
Muchos países han publicado evaluaciones y panoramas nacionales sobre el clima en los que se hace hincapié en la estrecha vinculación entre cambio climático y calor.
A modo de ejemplo, cabe citar el informe sobre el estado del clima del Reino Unido, donde se evidencia un aumento de las temperaturas máximas más elevadas y la prolongación de los episodios cálidos. De media, la temperatura del día del año más cálido del decenio más reciente (2008-2017) ha sido 0,8 °C más alta que la registrada en el período 1961-1990. Además, la duración de los episodios cálidos se ha más que duplicado, al pasar de 5,3 días en el período 1961-1990 a más de 13 días en el decenio más reciente (2008-2017).
El verano de 2018 fue uno de los más cálidos de los que se tiene constancia en el conjunto del Reino Unido, y el más cálido jamás registrado en Inglaterra. Estudios de la Oficina Meteorológica del Reino Unido han puesto de manifiesto que el cambio climático antropógeno multiplica por 30 la probabilidad de que se alcancen temperaturas sin precedentes como las registradas durante el verano de 2018. Está previsto que, de aquí a 2050, esas temperaturas se produzcan cada dos años.
Según Météo-France, en Francia también se ha experimentado un aumento en la frecuencia y la intensidad de las olas de calor durante los últimos 30 años, una afirmación que es igualmente válida para el resto de Europa. Según se desprende de los escenarios de cambio climático elaborados por MétéoSuisse, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, a mediados de este siglo la temperatura media estival puede ser hasta 4,5 °C superior a la actual.
"Los incrementos en las temperaturas máximas son todavía más pronunciados que los previstos para las temperaturas medias estacionales. De aquí a 2060, las temperaturas de los días más cálidos de un verano promedio podrían ser hasta 5,5 °C más altas que las actuales. Ello se debe, en parte, a que la pérdida de humedad del suelo reducirá la evaporación y mermará el consiguiente efecto de enfriamiento del suelo", explica MétéoSuisse en su informe.
"Las regiones europeas cercanas al Mediterráneo, incluida Suiza, se ven afectadas por algunos de los aumentos más drásticos en las temperaturas extremas que tienen lugar en todo el mundo. Esa tendencia ha sido evidente en los últimos decenios, y es muy probable que se mantenga en el futuro".



domingo, 4 de agosto de 2019

Algo más sobre Julio.

Un artículo de El País y otro de Diario de Ávila donde se recopilan y comentan datos climatológicos de AEMET - Ávila y de organismos internacionales.

Pueden servir como contribución de más entidad al somero análisis del mes que hice en el  lugar correspondiente.

Julio encadena temperatura récords: julio fue el mes más calido jamás registrado

El servicio de cambio climático de la UE confirma que el mes pasado se batió la marca de 2016. “Nos estamos quedando sin tiempo”, advierten los ecologistas


altas temperaturas
Deshielo de un glaciar en Groenlandia. 

2019 no para de encadenar récords de temperatura. Este junio fue el junio más cálido desde que hay registros fiables, que arrancan en 1880. Y el Servicio de Cambio Climático de la agencia europea Copernicus ha confirmado este lunes que julio fue el mes con la temperatura media mundial más alta jamás registrada. Ha superado por 0,04 grados centígrados a julio de 2016, hasta ahora el mes más cálido. Durante estos dos meses se han sucedido por el mundo olas de calor, que han acelerado el deshielo de glaciares y asolado Europa de tal manera que en más de un país se han visto obligados a interrumpir servicios de transporte como ferrocarriles por la afección del calor en las vías.
“Este año continúa con temperaturas récord”, ha explicado este lunes el servicio de seguimiento del calentamiento de la UE. Todos los meses de 2019 han estado entre los más calurosos desde que existen registros, ha añadido Copernicus. Esta agencia apunta a que 2019 está muy cerca —si no supera, como ya ha ocurrido en junio y julio— de 2016. Pero la diferencia estriba en que las temperaturas de 2016 estuvieron marcadas por El Niño, un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico que hace subir las temperaturas en el planeta. Ahora, ese fenómeno no se está dando.
Más allá de estas marcas históricas, que han situado la temperatura media de julio en el mundo en 16,6 grados, los científicos ponen el foco en la concentración de años más cálidos de lo normal durante este siglo en general y este último lustro en particular. “La tendencia de calentamiento no se limita a julio”, informa Copernicus en su boletín mensual. “Cuando miramos hacia atrás, a los últimos cuatro años (entre 2015 y 2018), se descubre que han sido los cuatro años más calientes del registro”, ha indicado este servicio.
Juan Antonio Añel, físico e investigador Ramón y Cajal de la Universidad de Vigo, apunta a una mayor velocidad de lo esperado en los fenómenos extremos relacionados con el calentamiento: “Estamos viendo que el conjunto de los efectos en los dos o tres últimos años son más severos de lo que esperábamos para estas fechas”. “El cambio climático está aquí”, ha resumido Asunción Ruiz, responsable de SEO/BirdLife, tras reunirse con el presidente en funciones, Pedro Sánchez. En esa cita las cinco ONG medioambientales más importantes del país han pedido que España, uno de los lugares de la UE más expuestos a los impactos del calentamiento, cuente con una ley de cambio climático.
Esa norma debe servir a España para que cumpla con sus compromisos internacionales y reduzca los gases de efecto invernadero. Esos gases, según la mayoría de los científicos, están detrás en gran parte del cambio climático. Paralelamente al incremento de la temperatura, la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono, el principal de esos gases, también ha llegado a niveles históricos. En mayo se superaron las 410 partes por millón, un registro nunca alcanzado desde la existencia del hombre, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En 30 años esa concentración se ha disparado más de un 15%.
La mayoría de los gases de efecto invernadero que genera el hombre proceden de la quema de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Y el punto de inflexión que se suele tomar es la Revolución Industrial, cuando esos combustibles se convirtieron en la sangre del crecimiento económico. También se toma ese punto de finales del XIX para establecer las metas de los tratados internacionales de lucha contra el calentamiento. Por ejemplo, el Acuerdo de París establece que, para que el cambio climático se quede dentro de unos límites que resulten manejables, el incremento de la temperatura a final de siglo no debería superar los dos grados centígrados respecto a esos niveles preindustriales. Y en la medida de lo posible dejarlo por debajo de los 1,5 grados.
Este mes de julio la temperatura media del planeta ha estado ya en 1,2 grados por encima del nivel preindustrial. Si se toma como referencia el periodo comprendido entre 1981 y 2010, el incremento en julio fue de 0,56 grados. “Los extremos son más altos de lo que esperábamos para estas alturas”, insiste Añel en referencia a esos eventos, como las olas de calor, que están recorriendo ya el planeta. Por ejemplo, en Europa el pasado 25 de julio se registraron récords nacionales de temperatura en Alemania, Bélgica, Luxemburgo, Holanda y el Reino Unido. En esos países se superaron los 40 grados, algo insólito.

Incendios

Como ha recordado Copernicus, las temperaturas también han estado muy por encima de la media en julio en Alaska, la isla de Baffin, Groenlandia, algunas zonas de Siberia, así como partes grandes de la Antártida. En muchos casos, el calor ha ido asociado a enormes incendios que, en un círculo vicioso, generan más gases de efecto invernadero. La OMM recordaba la semana pasada que en julio las emisiones de dióxido de carbono generadas por los incendios forestales en el círculo polar ártico ascendieron a 75,5 millones de toneladas, el doble que las de julio de 2018 y el récord también jamás registrado.
En Siberia, los incendios producidos en el bosque de Taiga, ya han arrasado 4,3 millones de hectáreas, lo que ha supuesto más de 166 millones de toneladas de dióxido de carbono, según Greenpeace. “Nos estamos quedando sin tiempo”, ha alertado Mario Rodríguez, responsable de Greenpeace en España. “Nos queda una década”, apunta en referencia al último informe de IPCC —el grupo científico de referencia de la ONU en materia de cambio climático— en el que se pedía un cambió de rumbo radical de aquí a 2030. En concreto, los expertos señalaban que si se quiere cumplir la meta de 1,5 grados se requiere una disminución en 2030 del 45% de las emisiones de dióxido de carbono respecto al nivel de 2010. En 2050, esas emisiones deben haber desaparecido.


Máximos de deshielo en Groenlandia


EFE
La ola de calor también ha causado temperaturas récord en Groenlandia y una aceleración del deshielo. En la estación del Instituto Meteorológico Danés (DMI) en Summit se registraron los dos primeros días de agosto 2,7 y 4,7 grados, superando el récord de 2012 de 2,2 grados. El casquete glaciar perdió el jueves 11.000 millones de toneladas, otra cifra récord, más del doble de la media diaria en la época de deshielo, y el 60% de la superficie de esa capa se estaba derritiendo. Groenlandia, perteneciente a Dinamarca, ha experimentado desde abril temperaturas superiores a la media, lo que ha hecho que el inicio de la temporada de deshielo, que normalmente se produce en mayo, se adelante un mes, explicó a John Cappelen, climatólogo del DMI.ila.






Julio resultó de los más calurosos en setenta años

Redacción
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Julio resultó de los más calurosos en setenta años

La media de las máximas superó en Ávila los 30 grados, con la lluvia sin apenas hacer acto de presencia en la capital, también muy escasa en la provincia


El mes julio siguió la tónica de los meses anteriores de 2019, siempre secos y soleados en Ávila y su provincia, con elevadas temperaturas que superaron varios días los 40ºC en el Valle del Tiétar y que elevaron la media mensual en la capital por encima de los 30ºC, al igual que ocurrió en el Bajo Alberche y buena parte de la Moraña. Tantas jornadas sin cobertura nubosa tuvieron como consecuencia unas precipitaciones muy escasas en la provincia y que en Ávila se convirtieron en anecdóticas, al registrarse tan sólo 1,2 litros por metro cuadrado, repartidos en tres ligeras tormentas nocturnas. A las máximas muy elevadas en todas las comarcas abulenses correspondieron unas mínimas que en Ávila, Arévalo, Gotarrendura y Rivilla de Barajas superaron los 20ºC algunas jornadas, pero que en Candeleda y Cebreros no bajaron de esa temperatura durante diez madrugadas. Más llevaderas fueron las noches al norte de Gredos y en algunas zonas del Valle Amblés, como es un ejemplo Muñotello.