lunes, 8 de febrero de 2021

Instalación de una EMA en Malanquilla. 3 de octubre de 2020.


Con algún retraso, reseñaré aquí la instalación de una estación meteorológica automática en la, por muchas razones, interesante localidad de Malanquilla, Zaragoza. 
-Las fotografías son propiedad de Meteoclimatic y de Chesús Barrena Martínez, de Malanquilla Rechita-.


Se llevó a cabo el tres de octubre del pasado año, 2020. 
La iniciativa surgió de la asociación "Malanquilla Rechita" (del dialecto aragonés, en el que rechitar vale por  renacer, revivir, rebrotar...) y de su interés por estudiar el régimen de vientos que sirvieron para funcionar en tiempos pasados al formidable molino allí existente. El ayuntamiento prestó igualmente toda su valiosa colaboración ofreciendo el lugar propicio para  la instalación, el depósito municipal del agua, así como las dependencias municipales para la conexión wifi, dentro del propio edificio del ayuntamiento
Esta vigorosa asociación entró en contacto con Meteoclimatic, donde enseguida encontró la mejor disposición por parte de Pere Casulleres, "Casacota", miembro fundador de la sociedad Meteoclimatic. De modo que una vez enterado del proyecto acompañé al propio Casacota para llevarlo a la práctica. Él acudió desde Lérida, yo desde Ávila.
-Hay que decir que la estación propiamente dicha, una Bresser cinco en uno, nueva, fue un regalo o desinteresada donación de Casacota-.

Las fotos que seguirán explican mejor que yo cómo transcurrió la jornada y el proceso de instalación.

El molino Macho, símbolo y referencia del pueblo
y motivo indirecto de la instalación de la EMA.

No es cualquier cosa este molino, no. 



A lo lejos, al fondo, cubierto de  nubes
pero con alguna nieve en la falda, el Moncayo.




El desolado páramo, abierto a los cuatro vientos,
 en que se asienta el molino. Vista hacia el Moncayo.
Vista de Malanquilla, al SE,  desde el molino.





La EMA  se instaló en el punto más elevado del lugar,
sobre el depósito del agua, a 15 metros sobre el suelo.



Antes de subir, con algunos miembros de Malanquilla Rechita, 

Escalera de acceso al techo del depósito.


Con todas las medidas de seguridad, trepando hasta lo alto.





Casacota al terminar el montaje provisional...

Se aprovechó el mástil de una antena
para afianzar definitivamente  la estación. 

La Bresser en primer plano, y al fondo el molino.

Desde el suelo, a pie de calle, no es fácil distinguir la estación.

Dentro del ayuntamiento se configuró la wifi para la estación. 

***********************************************************************************

De esta manera, con la EMA ya en pleno funcionamiento, se llegó la hora de comer. 
Hay un par de sitios adecuados para ello; según las ocasiones lo requieran suelen alternarse ambos lugares. El primero,  donde tomamos un aperitivo previamente, queda en la plaza. 
Esta vez tocaba el turno al Hostal La Venta de Malanquilla, situado en  el cruce de la entrada al pueblo desde  la carretera de Calatayud a Soria.
Tradicional y muy recomendable, con excelente comida casera de verdad. 
El pisto con huevo y las codornices escabechadas que comí fueron la mejor prueba de la calidad de la  comida, muy por encima de la buena fama que el establecimiento tiene en ciertos lugares de Internet donde se reseñan restaurantes, hoteles, etc. 
Malanquilla Rechita y el ayuntamiento nos invitaron, muy generosamente. En puridad, fue el ayuntamiento quien corrió con los gastos de la comida, pero me cuesta trabajo distinguir entre ayuntamiento y asociación, tan comprometidos y compenetrados como están ambos en la mejora y desarrollo del pueblo.






Posteriormente se dedicó el resto del día a visitar detenidamente los lugares más interesantes de Malanquilla, que nos fueron minuciosamente mostrados y explicados por diversos miembros de la la asociación, ya expertos guías en esta tarea.
Así pues, conocimos la estupenda iglesia, que en el sagrario del retablo mayor oculta y preserva un admirable relieve con  la Adoración de los pastores.


El recorrido nos llevó a conocer pintorescos rincones del callejero, donde la arquitectura tradicional se remoza y decora con alusiones al molino sobre alguna chimenea.


Cómo no: el molino Macho se  nos mostró  detenidísimamente, con total minuciosidad, así como se nos explicó al milímetro su complejo proceso de  funcionamiento.
 

Igualmente, conocimos el "puzo de chelo", la nevera, o tradicional lugar de almacenamiento de las nieves invernales.


Pudimos observar además desde distintas perspectivas el dominio del paisaje que ejerce el molino:

(El pluviómetro Hellman que aparece en la foto
 sirve a la confederación hidrográfica del Ebro)

Por último, fuimos al ameno paraje en que se halla la fuente de origen romano, recompuesta a lo largo del tiempo con los  materiales arquitectónicos originales, de los que algunos  conservan inscripciones latinas que  acreditan su contexto fundacional romano sin lugar a duda. Sigue en uso actualmente.


A la caída de la tarde emprendimos viaje de regreso a casa, celebrando profundamente haber conocido  Malanquilla, y más todavía con tanto aprovechamiento como pudimos hacerlo gracias a Malanquilla Rechita, asociación  a la que no sólo agradecemos el  magnífico trato que nos dispensó, sino que, además,  deseamos 
muy sinceramente todos los éxitos. Hacemos extensible en todos los órdenes nuestra felicitación, nuestro agradecimiento y nuestros mejores deseos al Excelentísimo Ayuntamiento de Malanquilla.

Una última cosa, no por última menos importante:  el ayuntamiento  nos obsequió con un ejemplar de esta obra:



complemento perfecto e imprescindible para acercarse en profundidad a la historia de Malanquilla. 
Aficionado como soy a las historias locales, debo decir que  leí con muchísimo  gusto sus casi trescientas páginas, repletas de sabiduría y de conocimientos, y también con el poco de pena (o, mejor, evocación sentimental)  que produce trasladarse a un pasado ya inevitablemente perdido pero siempre digno de toda consideración, mucho cariño y grato recuerdo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario